Internet de las cosas y la nueva serie de dispositivos que pueden llevarse puestos a donde vamos, o wearables en inglés, proponen un escenario donde el intercambio de información personal se incrementa rápidamente, abriendo nuevos escenarios para los ciberdelincuentes. Pero, ¿estamos lo suficientemente protegidos?

Si bien es un mercado que está en pleno desarrollo, productos como Google Glass o los smartwatches han generado una gran expectativa en muchos usuarios. Más allá de cómo vayan desarrollándose este tipo de dispositivos, es muy importante tener presente que llevarlos con nosotros todo el tiempo significa que pueden recolectar una gran cantidad de información muy personal: desde registrar nuestra posición, nuestros recorridos o ver lo que estamos viendo, hasta guardar nuestros signos vitales.

Eso significa que los wearables acceden a datos que, si no tenemos los cuidados necesarios, podrían verse expuestos.

Se abre la discusión: ¿dónde queda la privacidad de la información personal?

Ya lo mencionábamos en nuestro informe Tendencias 2014: el desafío de la privacidad en Internet: los usuarios están cada vez más preocupados por el resguardo de sus datos personales.

Si bien aún no se han visto amenazas como códigos maliciosos que afecten este tipo de dispositivos, esto no significa que no puedan verse afectados. Pero como pasa con cualquier tecnología emergente, seguramente primero se vean atacadas otro tipo de vulnerabilidades relacionadas con el diseño o el uso de esta tecnología para obtener la información personal que se busque.

Además de las obvias preocupaciones asociadas a que un tercero pudiera acceder a la información personal, tal vez lo que más preocupa a la mayoría de los usuarios es la gran concentración de información en unas pocas empresas y el uso que le puedan dar a toda esta gran cantidad de datos.

Entonces, ¿cómo proteger nuestra información personal en dispositivos en pleno desarrollo y para los cuales aún no se han visto muchas amenazas?

Hay dos aspectos a tener en cuenta: el primero es que quienes adquieran este tipo de dispositivos deben mantenerlos actualizados, pues es usual que se encuentren y corrijan muchas vulnerabilidades en ellos después de que se lancen al mercado.

Por otra parte, debemos conocer cuáles son las políticas de privacidad que nos proponen los fabricantes, para tener presentes los límites para nuestra información personal.

Es claro que todo lo que estamos viendo relacionado a los wearables está todavía en una fase muy inicial de su desarrollo. Seguramente los productos que realmente se masifiquen en su uso sean muy diferentes, pero lo que seguramente se mantendrá es la gran cantidad de información que se intercambia. Por esta razón, es importante tomar conciencia del tipo de información que intercambiamos en Internet y lo que estamos dispuestos a sacrificar de nuestra privacidad para tener lo último en tecnología.