Si miramos atrás en el largo arco de la historia, está claro que la innovación ha sido uno de los motores más cruciales del progreso real de la sociedad: personas que aportan soluciones creativas a problemas que enfrentamos, y que producen con éxito esas soluciones a escala. En mi propio trabajo, he estudiado las raíces de la innovación, en una serie de campos, para tratar de entender de dónde vienen estas nuevas ideas transformadoras y cómo se propagan.

Hay algo curioso en el lenguaje que utilizamos para describir la innovación: invariablemente gira en torno a esos momentos en los que se “enciende la lámpara”, cuando una nueva idea aparece de repente en la cabeza de alguien y el mundo cambia. Pero mi investigación sobre la historia de las ideas transformadoras sugiere que el proceso que hay detrás de este tipo de innovación verdadera es más lento y gradual. Yo llamo a este modelo de innovación "corazonada lenta". Una idea aparece en tu mente, es un indicio de algo, una sensación de posibilidad, una sensación de que hay algo que vale la pena explorar, pero no puedes explicar realmente qué es.

Si repasamos los últimos 50 años, creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que la World Wide Web fue una de las innovaciones fundacionales más importantes de ese período. Y si miramos la historia de cómo surgió la Web, veremos un hermoso ejemplo de esta lenta corazonada en funcionamiento. Tim Berners-Lee aparece como un joven programador en el CERN, el famoso laboratorio de física suizo, y está rodeado de todos estos brillantes científicos. Así que crea una pequeña aplicación solo para su propio uso para llevar la cuenta de toda la gente interesante que está conociendo. Se trata básicamente de una pequeña base de datos con enlaces que conectan a las personas con los proyectos en los que trabajan o los artículos que publican.

En ese momento no tiene una visión de una plataforma de comunicación global; es sólo un pequeño hobby con el que está jugando. Pero sigue haciéndolo y, con el paso de los años, la idea empieza a evolucionar y finalmente se da cuenta de que ha dado con una nueva arquitectura para la comunicación global. Pero la idea original era muy pequeña y simple, solo un fragmento en realidad.

La lección que nos deja la experiencia de Berners-Lee es que a menudo es mejor centrarse en preservar nuestras lentas corazonadas que buscar momentos en los que se “encienda la lámpara”. Una receta sencilla para ello es anotar todos esos fragmentos de ideas y volver a ellas meses o años después. A veces, la corazonada que tuviste hace años resulta ser un avance realmente útil varios años después, porque el mercado ha cambiado o ha surgido alguna nueva tecnología.

El otro principio clave de la innovación es que es fundamentalmente colaborativa, y a menudo se generan nuevas ideas más prometedoras en el punto de intersección entre diferentes disciplinas. Se trata de una tradición que se remonta a la invención de la imprenta por parte de Gutenberg. Él había resuelto muchos de los complicados problemas relacionados con las tintas y la metalurgia que se necesitaba para un sistema móvil. Pero durante mucho tiempo, no tenía un mecanismo de prensado; y si estás tratando de inventar una imprenta, es algo realmente muy importante. Y entonces un día decidió ir a visitar un viñedo y beber vino, y resulta que estaban utilizando una tecnología llamada "prensa de tornillo" que se utilizaba para prensar las uvas. Miró este artilugio y dijo: "Eso es lo que me falta". Y así tomó una tecnología que originalmente había sido diseñada para prensar uvas y la convirtió en una tecnología para imprimir biblias.

En la historia de la innovación se ven ejemplos de este tipo intercambios interdisciplinarios que se repiten una y otra vez, por lo que creo que una estrategia clave para crear una cultura corporativa más innovadora es buscar inspiración en campos aparentemente no relacionados. Y, en cierto modo, es otro argumento a favor de la importancia de la diversidad en el lugar de trabajo. Obviamente, vivimos en una época en la que la diversidad es una especie de mantra. Pero la mayoría de las veces, cuando hablamos de diversidad, nos referimos a la igualdad de oportunidades, o a la representación, o a asegurarnos de que incluimos a diferentes grupos en nuestros equipos por justicia social o por una razón política. Pero hay otra razón para tener equipos diversos, y es que los grupos diversos son colectivamente más inteligentes y creativos.

Hay un sinfín de investigaciones en el campo de las ciencias sociales y psicología social que demuestran que cuando se reúnen personas de diferentes orígenes, ya sean étnicos, religiosos, intelectuales o de diferentes disciplinas, cuanto más diverso es el grupo, es más probable que se aporten soluciones originales a los problemas. Cuando se reúne un grupo más ecléctico con diferentes orígenes, diferentes tradiciones, diferentes formas de pensar sobre el mundo, habrá sobre la mesa una gama más rica de potenciales soluciones, ya sea que estés tratando de innovar con un nuevo product o tratando de tomar una decisión corporativa importante sobre el futuro de tu negocio.

Una de las formas más poderosas de diversificar el pensamiento orientado a tu producto es involucrar a tus clientes en el proceso. ¿Qué hacen los clientes con tus productos que te sorprende? ¿Qué hacen que no había previsto que hicieran? Hoy en día, dado que vivimos en un mundo en el que existe una verdadera conectividad global, en el que podemos vender productos y servicios a personas de todo el mundo, vas a ver usos y adaptaciones realmente sorprendentes de tus productos, dependiendo del país o la ciudad del mundo en la que hagas negocios.

Hemos visto estos maravillosos ejemplos en los que algunos mercados emergentes se adelantan a otros más establecidos: como en muchos países de África, donde la gente nunca ha tenido un teléfono fijo, y nunca ha tenido un banco tradicional al cual poder ir y hablabar con un cajero o un representante, y pese a esto inmediatamente se adaptaron a los teléfonos móviles y a la banca online. Se saltaron toda esta fase en la que el resto de nosotros estuvimos atrapados durante cien años. En cierto modo, esos clientes son probablemente los más atentos y abiertos a las nuevas posibilidades.

Prestar atención a lo que hacen este tipo de clientes, observar las formas en que superan los límites del producto que les vendes, cultivar esos mercados como fuente de ideas innovadoras y de búsqueda lenta, es una forma maravillosa de desbloquear nuevas posibilidades en tu negocio.

Autor:

Steven Johnson, autor de trece libros enfocados en la intersección entre la ciencia, la tecnología y la experiencia personal y también el anfitrión del podcast American Innovations.