En la mañana del pasado viernes, 23 organizaciones gubernamentales a lo largo del estado de Texas fueron víctimas de un ataque de ransomware. Según publicó el Departamento de Información y Recursos de Texas (DIR, por sus siglas en inglés), en su mayoría se trató de pequeñas entidades.

Según el organismo, están trabajando para reestablecer los sistemas afectados y aseguran que los sistemas del Estado de Texas y sus redes no fueron impactadas por el ataque, el cual estiman que tiene como responsable a un único actor.

En el día de ayer, martes 21 de agosto, la cifra inicial de 23 entidades afectadas pasó a ser de 22, informó el DIR en un comunicado de prensa publicado a través de su cuenta de Twitter. Asimismo, más del 25% de las entidades víctimas del ataque pasaron del estado “respuesta y evaluación” a “reparación y recuperación”, estando algunas de los organismos afectadas operando de manera normal.

De momento no se sabe cuál fue el ransomware que afectó a los sistemas afectados ni se conocen detalles acerca del ataque simultáneo, como es, por ejemplo, cuáles son específicamente las entidades afectadas, el monto que reclaman los operadores por el rescate, cómo se fue el método de infección o si se consideró la opción de pagar, ya que tal como explica el DIR en su comunicado, dado que se está llevando adelante una investigación federal, no es posible aportar información adicional.

Además del DIR, varias agencias nacionales y del estado de Texas trabajan en este caso, como son, por ejemplo, el Departamento de Seguridad Nacional y el Buró Federal de Investigaciones, más conocido como FBI.

Una de las ventajas que tiene Texas es la existencia de un sistema de respuesta a incidentes consolidado, comentó el especialista Allan Liska a Threatpost, lo cual se hace que sea más fácil que ante la aparición de un problema como este puedan tener claro con quien comunicarse, agregó.

Cabe recordar que este no es el primer ataque de ransomware dirigido a entidades gubernamentales locales que se registra entre 2018 y 2019 en los Estados Unidos, ya que en junio de este año dos ciudades de Florida, como Lake City y Riviera Beach fueron impactadas por un ataque de ransomware y tomaron la decisión de pagar a los atacantes. En 2018 varios sistemas en la ciudad de Atlanta fueron víctimas de otro ataque de ransomware, mientras que en mayo de este año fue el turno de la ciudad de Baltimore, cuando un ataque de ransomware que demandaba el pago de 76.000 dólares por el rescate afectó a servicios como la emisión de facturas de agua, entre otros.

Semanas atrás se llevó adelante la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos, un evento en el que se reunieron más de 1.400 alcaldes de ciudades de todo el país, y en el cual los presentes se comprometieron a no ceder ante las extorsiones impuestas por cibercriminales en caso de que sus sistemas se vean comprometidos por un ataque de ransomware.

Los ataques de ransomware que afectaron a varias ciudades en los Estados Unidos confirman la tendencia que especialistas de ESET predijeron para 2019, donde era de esperarse ver un giro por parte de los cibercriminales al llevar adelante ataques de ransomware dirigidos en busca de una mayor rentabilidad, a diferencia de ataques en “mosaico” menos específicos mediante campañas de spam maliciosas y con la esperanza de que cada una de estas piezas del mosaico generen una retribución económica sustancial.