Vivimos en un mundo donde encontramos cada vez menos barreras entre el plano físico y el digital. La identidad y huella digital son conceptos cada vez más reales para nosotros y la constante presencia de la tecnología en nuestras vidas puede tener un impacto positivo o negativo según el uso que hagamos de ella.

Vivir permanentemente conectados, nos da la posibilidad de establecer e incrementar vínculos con amigos, conocidos y desconocidos también. Aprendemos cosas nuevas, seguimos tutoriales en línea para hacer casi cualquier actividad, compartimos nuevas aventuras y experiencias en vivo. Cada uno de estos actos, en especial a los jóvenes, nos plantean nuevos desafíos y con ellos, la posibilidad de acompañarlos en la adopción, uso y comprensión, para poder utilizar las diferentes plataformas y apps de forma segura, maximizando los beneficios y evitando los riesgos. Generando conciencia en el impacto que los dispositivos y la red pueden provocar.

Qué es el bienestar digital

Se trata de establecer una relación saludable con la tecnología. Poner la tecnología a nuestro servicio para lograr objetivos en lugar de distraernos, interrumpirnos o ser un obstáculo. Controlar la tecnología nos permite usar todo su potencial y disfrutar de todas sus ventajas.  En definitiva, bienestar digital consiste en desarrollar una relación saludable con la tecnología, para que podamos disfrutar de todos sus beneficios y, a la vez, mantener el control.

Nuestro bienestar general está determinado por las experiencias físicas y emocionales que tenemos a diario. Como la tecnología sigue siendo una parte tan importante de nuestras vidas, desde la forma en que representamos quiénes somos hasta las interacciones que tenemos con los demás, también tiene un impacto en nuestro bienestar.

Se trata esencialmente de tener una conciencia de cómo estar en línea puede hacernos sentir, cuidar de nosotros mismos y de los demás. Esto puede incluir reconocer el impacto que puede tener volcar en línea nuestras emociones, bienestar mental e incluso, nuestra salud física y saber qué hacer si algo sale mal.

Tener control sobre nuestros hábitos tecnológicos, nos permite:

  1. Estar más implicados, concentrados y ser más productivos en lo que hagamos;
  2. Estar más presentes y a conectar con las personas que nos rodean, tanto en el ámbito personal como laboral;
  3. Ejercitar la habilidad de ser capaces de desconectarnos, para estar en contacto con nuestro cuerpo y emociones; de esta forma disminuir nuestra ansiedad y stress, y de esta manera sentirnos más felices.

Tiempo que dedicamos al uso de la tecnología

Al usar la tecnología, debemos cumplir con nuestro ideal de tiempo bien invertido (Time Well Spent). Para esto es necesario poder ser conscientes de cuáles son nuestros hábitos on-line y para esto, sería bueno meditar los siguientes conceptos:

  • ¿Cómo pasamos el tiempo on-line?
  • ¿Cómo nos hace sentir?
  • ¿Suma algo valioso a nuestra vida?
  • ¿Qué nos gustaría cambiar de nuestros vínculos e interacciones digitales?
  • Lo que opinan las personas que nos rodean acerca de nuestros hábitos online.
  • Tener una mirada optimista sobre el camino de autosuperación que estamos emprendiendo.
  • ¿Qué lugar quiero darle a la tecnología en mi vida diaria?
  • ¿Qué hábitos quiero dejar fuera y qué aspectos me resultan frustrantes de la tecnología?
  • ¿Cuál es mi objetivo o intención y supervisar el uso que hago de la tecnología?

Nuestro bienestar digital puede verse influido por las elecciones que hacemos en línea, el contenido que vemos, las interacciones que tenemos con los demás e incluso cuánto tiempo dedicamos a la tecnología y al Internet. Algunos informes han encontrado que aquellos que pasan mucho tiempo en línea tienen más probabilidades de ver contenido molesto, recibir comentarios abusivos o enviar abusos a otros.

La tecnología e Internet deben estar ahí para mejorar y simplificar nuestras vidas en lugar de ser una causa de distracción, preocupación o malestar. Sin embargo, no todas las experiencias en línea son positivas para los jóvenes y esto puede tener un impacto negativo en cómo se sienten sobre sí mismos, sus amistades y relaciones, e incluso en cómo ven el mundo en general.

En este sentido, algunas opciones que nos pueden ayudar para mejorar nuestra relación con la tecnología, podrían ser:

  • Pautas digitales: se refiere al uso de apps o tecnologías específicas que nos ayudan a tener más control sobre el uso de la tecnología (configurar las notificaciones, herramientas digitales de wellbeing o bienestar, modo DND, pantalla principal de nuestro teléfono).
  • Pautas físicas: que se refiere a la percepción de nuestro entorno y el espacio circundante (promover la vida al aire libre por sobre tiempo de pantallas, empezar y terminar el día sin utilizar el teléfono, mantener distancia entre nosotros y los dispositivos).

Al ser más conscientes de cómo usamos la tecnología y decidir hacer algunos pequeños cambios, podremos disfrutar de las ventajas que nos ofrece y minimizar algunos de los problemas y frustraciones de estar todo el tiempo conectados.

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Autor del post: Javier Lombardi; mentor educativo de Argentina Cibersegura.