Para alguien externo, el mundo de la seguridad en Internet puede sonar como un mundo al estilo Juego de Tronos, lleno de héroes y villanos, sociedades secretas (piensa en el grupo "hacktivista" Anonymous) y amenazas ocultas, donde cada una de las partes trata de proteger sus respectivas fortalezas.

Tal vez esto es justo lo que Parisa Tabriz tenía en mente cuando se autodenominó "Princesa de Seguridad" de Google, como puso en su tarjeta de negocios.

Tabriz dirige un equipo de hackers en los Estados Unidos y Europa, cuyo trabajo es garantizar la seguridad de Google Chrome. Para ello, "ataca" a su propia empresa, con el fin de exponer las debilidades del sistema antes de que lleguen los malos. Como autoproclamada princesa, Tabriz definitivamente tiene mucho más del tipo guerrera que del tipo Disney.

Toda persona que usa Internet debe saber que la ciberdelincuencia es una de las mayores amenazas del siglo XXI; en este contexto, profesionales de seguridad como ella son esenciales para que Internet siga siendo un lugar seguro.

También necesitamos más mujeres.

La única mujer en la sala de TI

Parisa Tabriz conoce muy bien la dinámica de ser "la única mujer en la sala" en el ámbito de la tecnología. En una entrevista para el Telegraph en 2014, señaló que, a pesar de que el crecimiento de esta industria es uno de los más rápidos del mundo, "todavía debe ponerse al día con un montón de cosas". Google, por ejemplo, aún sigue dominado por los hombres (solo el 30% de sus empleados son mujeres).

Tabriz demuestra que las niñas pueden aspirar a ser princesas, distinguirse y ser imbatibles en seguridad

Y Tabriz, tanto como figura emblemática y como activista, tiene ganas de acelerar este cambio. Cuando dio una conferencia a jóvenes hackers en 2014, instó a las chicas presentes a que cumplieran sus sueños. Por otra parte, desmintió el mito de que jugar con la computadora desde una edad temprana (que se caracteriza como una actividad masculina) de alguna manera es necesario para dominar la programación informática.

"Yo no aprendí a programar hasta mi primer año en la universidad", le contó a la CBS en una entrevista el año pasado.

Cuando crecía en Chicago en la década de 1980, Tabriz, la mayor de tres hermanos, nunca mostró ningún interés en la informática. Prefería las actividades al aire libre, el arte y los deportes (y aún es así). No fue hasta que asistió a la universidad que desarrolló un interés y una pasión por la codificación y la seguridad. En 2007, mientras seguía estudiando, la contrató Google y desde entonces se ha destacado en su profesión.

Cinco años más tarde, apareció en el listado de la revista Forbes de las 30 personas más influyentes menores de 30 años. Hoy administra el equipo de ingeniería en seguridad de Chrome, donde contribuye a que el navegador más popular del mundo sea seguro. Después de haber logrado esto, la experta cree que todo es posible.

Cómo abordar el problema de la desigualdad

Sin embargo, su ascenso sigue siendo la excepción y no la regla. A pesar de que en Silicon Valley aprovechar el talento femenino se considera una ventaja, no significa que las mujeres necesariamente estén alcanzando los puestos mejores pagos. Según Laszlo Bock, vicepresidente senior de gestión de personas de Google, el motivo tiene que ver con las diferentes maneras en que las mujeres y los hombres se relacionan con los demás.

"El estereotipo es que las niñas y las mujeres no son tan buenas para las matemáticas y la ciencia como los niños y los hombres"

Tomemos a Google como ejemplo. Utiliza un sistema mediante el cual los empleados se postulan a sí mismos para los ascensos. Sin embargo, como el gigante de la tecnología descubrió cuando intentó abordar el problema internamente, los hombres se promovían a sí mismos con mucha más frecuencia que las mujeres, debido a cómo autoperciben su propia competencia.

Según Bock, esto implica que Google "debe hacer un esfuerzo extra para persuadir a las mujeres ingenieras a que se nominen a sí mismas para los ascensos... los hombres saltan ante la menor oportunidad, con frecuencia incluso antes de estar listos, y también con frecuencia son rechazados". Cuando una mujer se postula, agrega Bock, casi siempre obtiene el ascenso porque a menudo ya ha alcanzado los requisitos suficientes para obtenerlo hace tiempo.

Esto es algo que la misma Tabriz destaca como una explicación de por qué las mujeres no están ascendiendo por la escalera tecnológica. "Hace unos años se realizó un estudio sobre personas que habían abandonado su carrera en informática", le contó al Telegraph.

"Las mujeres que dejaron la carrera en general tenían un promedio de ‘B menos’ y la razón más común que dieron fue que les resultaba demasiado difícil; mientras que, entre los hombres, la nota más común era la mínima, ‘C’, pero la razón que dieron fue que no era interesante".

Rompiendo los estereotipos

Si deseamos liberar todo el potencial de la mitad femenina de la población, se debe hacer un gran esfuerzo para cambiar los estereotipos con respecto a la tecnología, la codificación y, en líneas más generales, las matemáticas y la ciencia.

"El estereotipo es que las niñas y las mujeres no son tan buenas para las matemáticas y la ciencia como los niños y los hombres... hay evidencia de que, ya en primer grado, la mayoría de los niños asocian las matemáticas con los varones", dice Christiane Corbett, que realizó una encuesta con la Asociación Americana de Mujeres Universitarias sobre la situación de las mujeres en la industria tecnológica.

Uno podría imaginar que, en un entorno laboral dominado por los hombres, ponerse el apodo de "Princesa de Seguridad" generaría muchas inquietudes, pero Tabriz lleva su rótulo con orgullo y demuestra con éxito que las niñas pueden aspirar a ser princesas, así como a distinguirse y ser imbatibles en la seguridad de Internet.