Ayer, en Argentina, la noticia del día estuvo relacionada a los chips con tecnología NFC que se implantan en el cuerpo y al tipo de información que pueden almacenar. A raíz de un informe del reconocido diario Clarín, muchos otros medios de renombre se hicieron eco del tema y recurrieron a los expertos del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica para entender mejor el contexto y las posibles implicancias de esto, que catalogan como "la nueva moda del transhumanismo".

Hay muchas aristas alrededor de los implantes subcutáneos y preguntas que pueden surgir al momento de hablar de los chips NFC implantados bajo la piel: ¿qué información pueden almacenar y en qué cantidades? ¿Por qué una persona decidiría implantarse un chip? ¿Es accesible esta tecnología?

Para comprender esto y mucho más, te sugerimos acceder a las entrevistas concedidas por los expertos en seguridad informática de ESET. A continuación, puedes escuchar a Lucas Paus, Security Researcher, en conversación con los periodistas Jorge Lanata y Magdalena Ruiz Guiñazú en su programa de radio Mitre:

lucas_paus_mitre

Es importante recordar que la tecnología NFC no es algo nuevo y, de hecho, en la ganadería se han estado usando chips para "marcar" al ganado desde hace varios años. Claro que seres humanos implantándoselos en forma subcutánea resulta sorprendente, sobre todo cuando aparecen las cifras: la compañía Dangerous Things, proveedora de estos dispositivos, asegura tener más de 10.000 clientes en todo el mundo que se los inyectaron.

Lucas Paus ya había analizado aquí, en WeLiveSecurity, la aparición de nuevas técnicas de “biohacking”, en las cuales (como prueba de concepto) se han implantado dispositivos NFC para realizar intrusiones e inclusive propagar malware.

No es posible rastrear a una persona a través de su chip implantado: el alcance de NFC es de 10 centímetros

Por otro lado, al igual que otros desarrollos tecnológicos, es importante destacar que este fue pensado para facilitar la sincronización e integración entre dispositivos, así como aumentar o mejorar ciertas funcionalidades; pero no significa que las personas vayan a ocultar documentos confidenciales bajo su piel ni grandes cantidades de información.

Tampoco es posible que se rastree o geolocalice a una persona a través de su chip implantado, ya que al funcionar con NFC, el alcance está limitado a 10 centímetros como máximo. Entonces, para que el pequeño dispositivo funcione, debe estar físicamente cerca del sensor correspondiente, que puede adquirirse por separado.

Los posibles usos tienen que ver con almacenamiento de datos de identificación o contraseñas de acceso, por ejemplo para abrir puertas de edificios u oficinas, y también la realización de pagos inalámbricos. Sin embargo, cabe destacar que se almacenan llaves y pequeños bits de información, y no documentos completos como archivos Word o PDF, ni música o imágenes.

En el informe realizado por el canal televisivo Telefe, para el que también fue consultado Lucas Paus, podrás ver a dos personas que decidieron vivir esta experiencia y cuentan, en primera persona, cómo se siente tener un chip bajo la piel.

lucas_paus_telefe
Por su parte, Pablo Ramos, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, también habló sobre este tema. En el programa del periodista Fernando Bravo en radio Continental, contó que la tecnología en estos chips se usa para pasar datos de un lugar a otro y automatizar tareas, y es similar a la que los argentinos usan día a día en sus tarjetas de transporte público SUBE.

En relación a la noticia que dio origen a estos informes, contó: “El chip se compra en China y viene con una jeringa autoinyectable. Tienen poca memoria, no se puede guardar suficiente información: son 1.024 KB”.

A continuación puedes escuchar el audio completo:

Si todavía tienes dudas, tú también puedes consultar a los investigadores de ESET en los comentarios de abajo.

Sigue leyendo: Los posibles ataques a la seguridad en tecnologías NFC: ¿nuevos canales?