Gregg Steinhafel, CEO de la reconocida cadena minorista estadounidense Target, ha renunciado a su cargo cinco meses después de que la empresa fuera víctima de una grave falla de seguridad, que afectó su reputación.

La masiva brecha en los sistemas de Target ocurrió en diciembre de 2013, luego de que cibercriminales forzaron el acceso a sus sistemas y robaron información de 40 millones de tarjetas de crédito y débito de clientes. Como resultado, obtuvieron nombres, direcciones postales, direcciones de correo electrónico y números de teléfono. Así lo confirmó la compañía en un comunicado.

Según reportó el sitio Telemundo, Steinhafel aceptó dar un paso al costado con efecto inmediato y también renunció a la junta de directores. Target, cuya oficina central radica en Minneapolis, dijo que el director financiero John Mulligan ha sido designado interinamente director general y presidente. En tanto, Roxanne S. Austin, miembro de la junta de Target, ha sido designada presidenta interina de la junta sin decisión ejecutiva.

Steinhafel, que lleva 35 años trabajando en Target, la tercera cadena de retail más grande de Estados Unidos, se desempeñará como asesor durante la transición.

La compañía se encuentra trabajando en un plan para incorporar tecnología con chip en sus tiendas y en las tarjetas REDcard que ofrece para sus clientes.

"Sabemos que el ataque generó preocupaciones significantes en millones de clientes. Aprenderemos de este incidente y trabajaremos para hacer Target más segura en el futuro. Un paso que las compañías americanas podrían dar mejoraría drásticamente la seguridad de todas las tarjetas de crédito y débito: la adopción de tarjetas inteligentes con chip", escribe John Mulligan.

Luego de la brecha, se aceleró la inversión de cien millones de dólares para incorporar esta tecnología, con el objetivo de implementarla para principios de 2015.

¿Por qué se plantea como solución?

 

EMV (Europay MasterCard Visa), tarjetas con chip integrado, o simplemente tarjetas inteligentes, ofrecen una importante ventaja: en vez de almacenar los datos con tecnología magnética, tienen un chip unido a la tarjeta.

Lo distintivo es que cuentan con un microprocesador unido a ellas, que actúa como una pequeña computadora. Se accede de forma interactiva a los datos del chip, el cual requiere de respuestas específicas de un lector para poder revelar su información. Esto hace que, para los cibercriminales, la réplica de estas tarjetas sea significativamente más dificultosa y costosa.

EMV es un microchip que almacena toda la información de los usuarios y es más segura que las bandas magnéticas ya existentes, dado que estas últimas pueden llegar a ser duplicadas. Esta es la tecnología por defecto en algunos países del mundo, mientras los sistemas de pago con lectores de tarjetas comienzan a hacerse menos comunes.