Actualizado en diciembre de 2022

En la primera parte de esta serie de dos artículos que llamamos “8 pasos para la evaluación de riesgos de ciberseguridad”, revisamos los primeros cuatro pasos para hacer la evaluación de riesgos de una empresa según el método OCTAVE Allegro. Una guía útil para llevar a cabo un análisis de posibles riesgos de seguridad y definir opciones de tratamiento de los mismos, como una forma de prevenir la materialización de amenazas. En esta segunda parte, continuamos con los últimos cuatro pasos que propone esta metodología.

5. Identificar escenarios de amenaza

En el quinto paso las áreas de preocupación son extendidas a escenarios de amenaza, lo que significa la identificación de otras preocupaciones para la organización que están relacionadas con sus activos de información críticos y que no son visibles a primera vista, como en el paso anterior.

Para lograrlo, se puede utilizar un cuestionario por cada tipo de contenedor del paso 3 (técnico, físico o humano), que contiene un conjunto de condiciones y preguntas diseñadas para detallar la identificación de amenazas.

Otra manera de identificar condiciones de riesgo es a través de árboles de amenaza, que son estructuras lógicas para visualizar combinaciones de eventos y que consideran amenazas a través de medios técnicos y físicos, con actores internos o externos, por motivos accidentales o intencionales, que pueden provocar alguna consecuencia como la divulgación, modificación, interrupción o destrucción de un activo de información, como se muestra en la siguiente imagen:

Arbol

Imagen 1.

Otros árboles de amenaza consideran problemas técnicos como defectos a nivel de software y hardware, fallas en sistemas o incidentes por códigos maliciosos. También, fallas de suministro eléctrico, telecomunicaciones, relacionados con terceros, incluso por desastres naturales que pueden afectar los activos.

Es importante mencionar que no todas las combinaciones representan una amenaza real en la organización, por lo que algunas pueden ser descartadas.

6. Identificar riesgos

Aquí se calcula el riesgo a través de la siguiente ecuación:

Riesgo = Amenaza (condición) + Impacto (consecuencia)

Se puede elaborar un enunciado de impacto en los que se describe detalladamente la manera en que se puede ver afectada una organización, pero para ello es necesario identificar las áreas de preocupación (punto 4) y los escenarios de amenaza (punto 5). A su vez, se deberá tomar como referencia cada uno de los criterios definidos en el paso 1 que explica cómo establecer criterios de medición de riesgo.

De manera opcional se puede definir la probabilidad realista de ocurrencia de la amenaza, algo altamente recomendable. Hacer esto permitirá priorizar los riesgos a tratar y requiere de un conocimiento amplio sobre los problemas de seguridad que ha padecido la organización. Para ello se puede utilizar información estadística como los registros de incidentes. Si la probabilidad de ocurrencia es alta se asigna un valor de 3, si es media un valor de 2, y si la probabilidad es baja una valor de 1.

7. Analizar riesgos

En este paso se mide de forma cualitativa el grado en el que la organización es afectada por una amenaza y se calcula una puntuación para cada riesgo de cada activo de información. Para ello, se comparan las áreas de impacto de cada una de las categoría detalladas en el Paso 1, con el escenario de amenaza.

Se debe calcular un puntaje para cada escenario de amenaza generado. En este caso se considera un incidente de seguridad que se conoce públicamente, por lo que el valor de impacto es alto (correspondiente a un  3). Para cada criterio puede existir más de un área de impacto, por lo que en el cálculo se considera el impacto de mayor valor. Luego se multiplica el valor de impacto del área con la prioridad definida en el Paso 1:

Puntaje

Imagen 2.

El resultado final o puntaje total, es la suma de los productos de la puntuación. El resultado es un valor cuantitativo que puede ir de 0 a 45. Cuanto más grande sea el valor, mayor será el impacto sobre los activos de la empresa.

8. Seleccionar un enfoque de mitigación

El último paso consiste en determinar las opciones de tratamiento de los riesgos con base en los resultados del análisis; es decir, utilizando los valores de impacto y probabilidad calculados en los pasos anteriores. Este criterio puede variar de una organización a otra, pero en general, se busca mitigar aquellos riesgos que resulten con un valor alto (cercano a 45) y con una probabilidad de ocurrencia alta.

Con el método de OCTAVE Allegro se puede hacer uso de la matriz de riesgo relativo, un elemento que permite visualizar los riesgos a tratar sobre tomando como base la probabilidad y el puntaje de riesgo. Se categorizan grupos de escenarios de amenazas para su tratamiento con base en estos resultados, como se muestra en la siguiente imagen. Los riesgos que pertenecen al grupo 1 deberían ser tratados con mayor prioridad:

Matriz

Imagen 3.

Los enfoques de tratamiento para este método son mitigar, postergar, transferir o aceptar. Estas opciones pueden variar de una metodología a otra, aunque generalmente coinciden. Finalmente, es conveniente priorizar los riesgos para identificar aquellos que deban tratarse primero.

Con este método es posible que a partir de criterios cualitativos se pueda obtener un resultado numérico; es decir, un valor cuantitativo que permite priorizar los riesgos a partir de un puntaje y su probabilidad de ocurrencia.

El método OCTAVE Allegro puede ser de mucha utilidad, ya que se enfoca en los activos de información y ofrece opciones para crear los escenarios de amenaza, que permiten tener un mayor alcance para la identificación a la hora de hacer un análisis de riesgos y prevenirlos basados en cuán propensa es la organización y los criterios que definan los tomadores de decisiones.

Lecturas recomendadas:

8 pasos para la evaluación de riesgos de ciberseguridad de una empresa (parte I)

Plan de Continuidad del Negocio: qué es y cómo armarlo en cuatro pasos