La tecnología atraviesa una evolución constante. Desde nuestra sección We Live Progress abarcamos diferentes casos que ilustran cómo el progreso tecnológico es uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. Google, por ejemplo, es uno de estos grandes paradigmas.

Para dimensionar la trascendencia que Google tuvo (y tiene) en el mundo entero, podríamos mencionar infinidad de datos y hechos concretos. Una de las muestras de cómo esta empresa se metió de lleno en la vida cotidiana de cada persona es que hasta se convirtió en verbo; “googlear” debe ser una de las acciones que más se ejecutan en la diaria de cada ser humano, solo superado, quizás, por respirar o pensar.

Septiembre seguramente sea el momento indicado del año para tratar de entender este fenómeno. El 15 de ese mes, pero de 1997, se registró el dominio google.com. Un año después, también en septiembre, pero esta vez el 4, se fundó Google como empresa, y solo unos días más tarde, el 27, empezó a funcionar oficialmente.

Cuando el rechazo es una oportunidad

La Universidad de Stanford fue el lugar en el cual se empezó a gestar Google, lógicamente no tal como lo conocemos hoy en día. Pero sí, allá por el año 1995, Larry Page y Sergey Brin forjaron una amistad mientras cursaban su doctorado en Informática y encararon un proyecto en común, denominado BackRub. ¿De qué se trataba? De un sistema totalmente innovador cuyo objetivo era organizar los resultados de los motores de búsqueda.

Esta idea, que nació como una tesis del doctorado, continuó evolucionando hasta que en agosto de 1996, Page y Brin lanzaron la primera versión de Google, utilizando una página web que era propiedad de Stanford: Google.stanford.edu. La magnitud del proyecto era tal que utilizaba casi el 50% del ancho de banda de la red de la propia universidad.

Ahora bien, ¿por qué se eligió ese nombre? En realidad corresponde a un juego de palabras con “googol”, término que se usa en matemática para referirse al número representado por un 1 seguido de 100 ceros. De esta manera, pensaron que representaba el espíritu de la compañía de organizar la enorme e inconmensurable cantidad de información disponible en la web a lo largo y a lo ancho del mundo.

Sabiendo del potencial de su buscador, golpearon las puertas de varios inversores que pudieran aportar el sustento económico para continuar creciendo. Pero muchos de los portales que consultaron respondieron negativamente, aduciendo que tener un buen buscador era algo poco prioritario entre sus objetivos.

David Filo, quien no solo tenía una amistad con Page y Brin, sino que también es uno de los fundadores de Yahoo!, fue quien les aconsejó que ellos mismos crearan una empresa y desarrollaran el proyecto. Así fue como el 15 de septiembre de 1997 se registró el dominio Google.com, el 4 de septiembre de 1998 se fundó Google como organización, y solo tres semanas más tarde, comenzaría a funcionar oficialmente.

Ya para fines de 1998, contenía más de 60 millones de páginas, y se empezaba a posicionar como un serio competidor de los buscadores más importantes de aquel momento, como AOL, Yahoo! y MSN.

Una revolución buscada

Page y Brin fueron realmente visionarios: existía una gran cantidad de material disponible que podía ser organizada y clasificada, obteniendo resultados de acuerdo a la popularidad de cada ítem. Y así como internet supuso el gran cambio de paradigma respecto de las comunicaciones, Google se convirtió en un aliado que revolucionó la manera en la que las personas podían buscar y acceder a toda esa información.

De hecho, se convirtió en el sitio web más visitado del mundo, con más de 3.000 millones de búsquedas al día. Que sea además uno de los términos más buscados en Bing, uno de sus competidores directos, habla a las claras de su supremacía. Llevado a la estadística, Google domina ampliamente la cuota de mercado de los motores de búsqueda, con promedios que oscilan entre el 86 y el 96% en todo el mundo.

Es una realidad: Google es una herramienta de uso cotidiano y su gran secreto no radica solamente en su algoritmo, sino también en todas las posibilidades de personalización que pone a disposición. Claro está, basándose en los datos de los hábitos y comportamientos que incorpora gracias a la inteligencia artificial. Así, puede llegar a saber más de nosotros que familiares o amistades.

Con más del 90% de la cuota de mercado mundial de motores de búsqueda en su poder, Google recopila una gran cantidad de información referida no solo al comportamiento de quienes lo usan, sino también a sus preferencias y tendencias de búsqueda.

Por ello, uno de los temas que más debate ha generado es la recopilación de datos personales y la privacidad en línea. Hubo casos que dan cuenta de ello, como por ejemplo lo sucedido en 2018, cuando Google tuvo que pagar una suma cercana a los 170 millones de dólares por haber recopilado información personal de menores de edad, con fines netamente publicitarios, sin contar con el consentimiento de sus padres.

Más recientemente, cuando la Agencia Española de Protección de Datos le impuso una multa de 10 millones de euros por dos infracciones concretas: ceder datos a terceros sin la legitimación correspondiente y obstaculizar el derecho de los ciudadanos que no quieren figurar en sus bases de datos

Ejemplos como estos demuestran que siempre es importante realizar un uso de la tecnología responsable, que contemple la protección de nuestra información.

¿Qué papel juega Google hoy en día?

Una de las claves del éxito de Google es que ha sabido diversificarse y apostar por la evolución y el progreso. Así, ha lanzado al mercado infinidad de productos y servicios, entre los que se destacan Chrome, Gmail, Google Maps, Google Play, Android, YouTube, Google for Education, Google Drive, Lens, Waze, entre tantísimos otros.

Confirmando su posicionamiento como una de las empresas de tecnología más importantes e influyentes del mundo, Google ha sabido estar a la vanguardia en lo que a Inteligencia Artificial y realidad virtual refiere. Casos como el reconocimiento de voz de Google Assistant demuestran como han potenciado la manera de vincularnos con la tecnología, impactando positivamente así en avances significativos en diversos campos.

Otra de muestra ello es Bard, que tal como lo presenta Google, se trata de un “colaborador creativo y útil que da rienda suelta a tu imaginación, aumenta tu productividad y da vida a tus ideas”. En resumidas palabras, es el caballo de batalla con la que piensa hacerle frente a ChatGPT. Así, Google demuestra una vez más que el progreso siempre es su horizonte. Nuestra responsabilidad es disfrutar de estos avances, siempre con la protección como bandera.