El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha acusado a siete personas que cree responsables de haber coordinado ciberataques a bancos entre 2011 y 2013, todos relacionados al gobierno iraní.

La acusación no dice que los ataques fueran dirigidos por fuerzas armadas de Irán, pero los nombrados son descritos como "experimentados hackers" que "trabajaron en nombre del gobierno iraní, incluyendo a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica".

Como reportó Reuters, los crímenes incluyen ataques DDoS que interrumpieron los sitios web de numerosos bancos, y también el acceso no autorizado a computadoras de la Bowman Avenue Dam, una estructura situada en Rye (Nueva York) utilizada para el control de inundaciones. En este último caso, sin embargo, los criminales no lograron operar o tomar control de las compuertas.

El dictamen refleja los esfuerzos crecientes de la administración de Barack Obama para abordar la problemática de los ciberataques provenientes de lugares externos a los Estados Unidos.

"Es un mensaje importante", dijo un individuo familiarizado con el caso al Washington Post. "Si usted está involucrado en una actividad criminal dirigida contra los Estados Unidos y en particular en ataques contra infraestructura crítica, tendrá que rendir cuentas al gobierno de Estados Unidos".

Los iraníes acusados fueron Ahmad Fathi, Hamid Firoozi, Amin Shokohi, Sadegh Ahmadzadegan, Omid Ghaffarinia, Sina Keissar y Narder Saedi. El dictamen sentenció que los atacantes se dividieron en dos compañías privadas de seguridad basadas en Irán: ITSec Team y Mersad Company.

Ninguno de los iraníes mencionados vive en los Estados Unidos y, como nota el New York Times, es poco probable que aparezcan en una corte norteamericana.

El diario compara esta acusación con la que el Departamento de Justicia presentó contra el Ejército Popular de Liberación de China en 2013: el envío de una "señal" a cibercriminales en países extranjeros y la restricción de las oportunidades de viajar por miedo a la extradición.