Deniss Calovskis, un hombre de 30 años oriundo de Letonia, se declaró culpable de haber participado en la campaña de propagación del troyano Gozi, que infectó a más de un millón de computadoras en todo el mundo, y causó pérdidas por decenas de millones de dólares.

Según reportó Reuters, el acusado admitió haber sido contratado para escribir parte del código que hizo a Gozi tan efectivo. ¿Cómo? Logrando alterar con efectividad la apariencia de los sitios web de bancos para engañar a las víctimas, y que de esta forma entreguen su información personal.

Calovskis dijo en la Corte: "Sabía que lo que estaba haciendo iba en contra de la ley". Los cargos en su contra incluyen conspiración de fraude bancario e instrusión a computadoras.

El troyano Gozi, según Krebs on Security, fue descubierto en 2007 y constituyó un malware extremadamente sofisticado, que se vendía a cibercriminales en forma personalizada para atacar a instituciones financieras específicas. Es decir, la amenaza se ajustaba según quién era su blanco.

Además, podía permanecer largos períodos en la computadora sin ser detectado, robando información bancaria de los usuarios.

El alegato vino tras la extradición a Estados Unidos de Calovskis, en febrero de 2015, después de que hubiera pasado 10 meses en prisión en Letonia. Ahora, acordó no apelar cualquier sentencia de dos años o menos en prisión.

Otros acusados por la propagación del troyano Gozi han sido el ruso Nikita Kuzmin, creador de la amenaza, y el rumano Mihai Ionut Paunescu, que administraba el servicio que permitía su distribución. El primero se declaró culpable en mayo de 2011, y el segundo todavía está esperando su extradición.

De seguro, ellos no serán los últimos arrestados por haber realizado actividades criminales.